En brecha mental.

Y se me fueron desmoronando, como castillos de arena deshidratados por el sol, todas las pasiones y amores de la vida; se me fueron confundiendo las metas de a poco y sin poder divisar, por la nebulosa irradiación de insensatez, las perpetuidades de mi existencia.
Lo que era, se me había esfumado en ese momento, lo definible, lo creíble y lo tangible de la vida, de repente, se me volvieron agua entre las manos, corrían a raudales sobre mi cuerpo y se me escapaban sin más consuelo ni gloria hacia bastos terrenos. 
La vida se me escapaba y las sonrisas ya estaban ahogadas; las agonías, los pecados y los aciertos del destino, ya no eran mas que osadías e historias para contar, en la vida nada importaba ya. De repente nada tenía sentido ni explicación, todo fue un simple chiste de un duende burlón, la vida un simple juego de azar y del amor... del amor ni hablar.
Los sueños mas inalcanzables que ahora estaba palpando, se me parecían a sueños de papel, dibujados simétricamente a la desconfianza del logro prematuro y la inseguridad del terreno. Fue cuando casi todo lo eche a volar, muchas cosas las vi abrir vuelo, pero cuando las raíces intentaron escapar, me halaron tan fuerte que entendí lo que me hacía, y lo que me dolía, y aún así, mientas me replantaba en mi realidad te me fuiste con tu andar, con tu ritmo pingüino te me fuiste sin regresar; pero no quedaste solo, pues muy a gusto estas allá, te haces compañía a lo lejos junto con mis otras hazañas y sueños de azar, que lograron sin siquiera avisar, abrir alas y echar a andar.

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