Te he soñado

Te he soñado por las calles tomándome la mano, he soñado que te encuentro en una tarde de invierno  y verano, te he visto entre mis pupilas cuarenta y tantas veces ya.

Te he soñado despierta, te he soñado dormida y hasta te he soñado escondida de la propia alma mía, te he nombrado entre sonetos, rimas y prosas, te he nombrado también entre algún verso libre que inequívoco se escapa a destiempo, y déjame decirte que las caricias que te he dado en el mundo de los sueños han gastado todo el delirio y la ternura que existían revueltas, mis manos se han ido gastando entre tus ojos, tus labios y aquellos lunares de vez en vez me desescondías. Ay! Pero que increíbles son los sueños, si es que hay que permitirse recordarlos como si fueran innatos recuerdos del pasado, que increíbles las agonías y los momentos que me tatuaste en el destino, que asombrosas las estrellas que encendiste en este camino errante, en este camino a oscuras, pero con la más bella compañía y luz de luna.
Ahora no me basta un instante de tus ojos posándose en los míos, ahora me basta en el alma uno de tus abrazos consolables y abrumantes en el despilfarro de este cariño que nos sentimos. Ahora la emoción no se hace esperar entre las luces que me brillan por las pestañas, la sensación de lo insensato me acelera el pulso y me colma los antojos de lo humano, las ansiedades inexhaustas y atiborrartes de delirio cantan a la luna que hoy se devela entre lo escondido, luna que devela lo magnífico de lo impensable, del error, sus desechos y su dulce e inexplicable mirada, ahora me perfumo las ganas para mirarte cómo si no pasara nada.